domingo, 23 de mayo de 2010

Menores en el laberinto

Hace unas semanas fui testigo del sereno testimonio de un adolescente gay que contaba el laberinto en el que la homofobia había convertido su casa. Narraba sus impresiones ante los despreciativos comentarios de su familia ante cualquier noticia relacionada con la homosexualidad y nos contaba cómo empapaba sus noches con solitarias lágrimas ante el panorama familiar que debía afrontar. Acogimos con emoción y cariño su testimonio, que nos sobrecogió por la templanza con la que lo exponía y por la sonrisa con la que describía su íntimo infierno. Sabíamos por experiencia que el apoyo de su grupo de iguales le iba a dar la fortaleza suficiente para salir con entereza de la prueba vital a la que se estaba enfrentando.

Casi todos los homosexuales conocemos ese laberinto en mayor o menor medida y muchos hemos sido capaces de encontrar la salida, de alcanzar el hilo de Ariadna que nos permitió escapar del monstruo de la homofobia. En muchos ocasiones, además, las familias fueron capaces de reflexionar, de entender la oscuridad del armario en el que habían pasado la adolescencia sus hijos o hijas homosexuales o transexuales y tuvieron el suficiente amor y empatía como para convertirse en activistas individuales de la justa causa de la igualdad.

Pero los jóvenes gays, lesbianas, transexuales y bisexuales (lgtb) deben recorrer también otros laberintos, el de los centros educativos. Según un estudio de la Federación Estatal de lgtb, el 56% de los menores lgtb han sufrido acoso en las escuelas y casi el 50% se sienten rechazados en sus hogares.

Mucho se habla de los derechos de los menores, de la necesidad de protección de esas personas, que se encuentran en un momento crucial de sus vidas en el que las experiencias, buenas y malas, marcan gran parte del resto de su vida. La familia y el entorno educativo son ámbitos esenciales para el desarrollo equilibrado de cualquier persona. Pero para los y las menores lgtb, estos entornos se convierten en numerosas ocasiones en lugares de soterrada violencia, cuando no de manifiesta agresividad.

La Federación Estatal de lgtb ha declarado 2009 como el año por la diversidad afectov-sexual en la educación, poniendo de manifiesto la necesidad de que se afronten adecuadamente las diferentes realidades sexuales y de género en los centros educativos, no sólo para que los menores lgtb puedan desarrollar su identidad con la misma libertad y responsabilidad que los jóvenes heterosexuales, sino también para que éstos últimos se enriquezcan y sepan convivir en una sociedad diversa y plural como la que vivimos.

En este contexto, el sábado 27 el colectivo lgtb de Canarias Gamá, ha convocado una manifestación que, bajo el lema “por una escuela sin armarios”, recorrerá la Avenida de Mesa y López de Las Palmas de Gran Canaria, hasta el Parque Santa Catalina. Allí estaremos, exigiendo a los poderes públicos que, en las políticas educativas, tengan en cuenta la diversidad afectivo sexual y de género y pidiendo que tengamos un profesorado capacitado para afrontas la diversidad en las aulas y unos equipos directivos comprometidos con la defensa de unos colegios sin armarios.

Entre todas y todos debemos colaborar para derruir los muros de lgtbfobia con los que se construyen los oscuros laberintos en los que muchas veces se pierden los adolescentes lgtb. Ellos también merecen nuestra protección.

Nota: el 28 de junio se celebra el día del orgullo lésbico, gay, transexual y bisexual.

Publicado en teldedactualidad.com el 26-06-2009

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